Eramos un tú y yo; ahora somos un nosotros.

Eramos un tú y yo; ahora somos un nosotros.

martes, 4 de octubre de 2011

te quiero.

Te quiero, ¿lo entiendes? Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. Podría repetirlo hasta que mis labios se sequen y las palabras dejen de tener sentido. Podría escribírtelo en alemán o en chino, al revés, con letras rojas o con tinta invisible. Podría tatuármelo en la frente, para que lo vieras cada vez que me miraras. Podría hacer que un avión lo escribiese en el cielo, como en las películas, o que apareciese en el marcador, en el medio de un partido. Pero no me gustan los aviones ni los partidos, no sé hablar chino ni alemán, me dan miedo las agujas y nunca supe encontrar tinta invisible. Solo me queda decírtelo: te quiero. Quiero volver a decirte un te quiero mientras mi mirada te desnuda poco a poco; quiero hacer contigo cosas que todavía no se han inventado. 
Voy a comerte la boca a cada milésima de segundo. A clavarte mis pupilas como si fueran chinchetas. Mandaré a mis labios de excursión por tus oídos susurrando palabras sin sonido. Me volveré muda, hablándote con las manos que son las que mejor se entienden. Para el reloj. Me importa una mierda la hora que sea. Si es de día o es de noche, a nosotros no nos afecta; las estrellas las veremos igual, y el calor del sol nos cocerá a fuego lento. Súbete conmigo a esa montaña rusa donde el ritmo lo marca los latidos de mi pecho. Donde tú y yo lo único que tenemos que hacer es dejarnos llevar. Donde voy a quererte hasta la última letra de tu nombre. Porque eso es lo que me apetece hacer hoy. Y todos los días de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario